GUIÓN DE MISA – DOMINGO XII DURANTE EL AÑO – DOMINGO 20 DE JUNIO



ENTRADA: Queridos hermanos/as: Algún día llega la hora en que el cristiano ha de enfrentarse con la pregunta clave de su fe: ¿Quién es Jesús?
Y de esta pregunta surge otra: ¡Quién es un auténtico seguidor de Jesús?. Hoy la liturgia tiene esa respuesta.
Durante este Tiempo, el color litúrgico es el verde, que simboliza la esperanza del cristiano en su peregrinar hacia la casa del Padre.
Con la alegría de estar todos aquí reunidos comencemos esta gran fiesta.


LITURGIA DE LA PALABRA: La Palabra de Dios nos trae el mensaje de quién es Jesús y cual es su compromiso. Dejémonos iluminar con ella.


ORACIÓN DE LOS FIELES: A cada intención respondemos: “Señor, ayúdanos a cargar nuestra cruz”.

Por la Iglesia: para que perseveremos en nuestra acción por los pobres, débiles y enfermos. Oremos.

Por nuestra nación: para que todos seamos partícipes en la construcción de ella. Oremos.

Por Cáritas: para que siga alimentando y cobijando a todos los necesitados. Oremos.

Por todos los colaboradores de Cáritas: para que sientan el verdadero compromiso de ayudar siempre y contagiar a otros. Oremos.

Por nuestra comunidad: para que carguemos nuestra cruz diaria con el proposito de seguir a Cristo, el Mesías. Oremos.

(Si se leyó al comienzo de Misa las intenciones se dice: Por todas las intenciones leídas al comienzo de la Misa. Oremos.)


OFRENDAS: Presentemos los dones de pan y vino; con ellos nuestras preocupaciones, inquietudes y fundamentalmente nuestra cruz diaria.



COMUNION: Queremos seguir a Jesús. Para eso necesitamos alimentarnos justamente de Él. Con gran alegría vayamos a recibir al elegido por Dios.


DESPEDIDA: De la mano de María, nuestra Madre, volvamos a la vida diaria reconfortados por la amistad de Jesús, que sostiene nuestros esfuerzos de cada día.

1 comentario:

  1. Amar a Jesús es entregar lo más profundo del corazón al que derramó su sangre para purificarlo, al que puede darle sentido y luz, al que tiene el derecho de ser Señor de ese corazón. Ningún otro ser humano puede ejercer ese dominio santo, porque sólo Jesús es Dios. Por eso, ni siquiera el padre o la madre pueden ocupar ese lugar. Ellos han sido instrumentos del Señor para darnos la vida y deben ser amados y honrados, pero no pueden ocupar el lugar de Cristo, porque no pueden darnos lo que sólo él puede comunicar a nuestras vidas.Mas acerca del autor

    ResponderEliminar

Búsqueda