ENTRADA: Queridos hermanos: El domingo pasado, Jesús nos decía que, para seguirlo, era necesario negarse a sí mismo y cargar la cruz de cada día. En este domingo, nos enseña, las exigencias que tiene su seguimiento donde no caben las excusas. La decisión de seguir a Jesús no puede ser el resultado de un entusiasmo pasajero, sino que debe enfrentar un compromiso para toda la vida.
Ofreciendo el mes del Sagrado Corazón de Jesús y acompañados por su imagen, dispongamos un corazón lleno de alegría para participar de esta Eucaristía.
LITURGIA DE LA PALABRA: La Palabra de Dios nos trae el mensaje del “llamado”. Sepamos aprovecharla y aplicarla a nuestras vidas.
ORACIÓN DE LOS FIELES: A cada intención respondemos: “Señor, que sepamos seguirte” o “Enséñanos, Señor, a escucharte”.
Por la Iglesia: para que seamos verdaderos servidores del Reino de Dios. Oremos.
Por el Papa, obispos y sacerdotes: para que sean verdaderos “hombres de Dios”. Oremos.
Por las vocaciones sacerdotales: para que aumenten y sientan el verdadero compromiso de servir a Dios. Oremos.
Por los niños y jóvenes: para descubra el protagonismo que tienen en la construcción de una sociedad más justa y solidaria. Oremos.
Por nuestra Comunidad: para que seamos instrumento de la llegada de todos los hermanos perdidos en tu camino. Oremos.
(Si se leyó al comienzo de Misa las intenciones se dice: Por todas las intenciones leídas al comienzo de la Misa. Oremos.)
OFRENDAS: Somos hombres y mujeres libres. Presentemos junto al pan y el vino nuestra disponibilidad a ser verdaderos discípulos misioneros de Jesús.
COMUNIÓN: Jesús está presente en la Eucaristía y quiere que este encuentro con Él
nos fortalezca en el camino del servicio y de la responsabilidad en su seguimiento.
DESPEDIDA: El Señor nos ha manifestado su Camino. ¡Sigámoslo! ¡Seamos hombres comprometidos con la vida!. De la mano de María, que siempre nos acompaña, vayamos a nuestra vida cotidiana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario